domingo, 23 de agosto de 2020

Usagi Yojimbo & las tortugas ninja de Stan Sakai y Tom Luth. (Planeta Cómic, 2018)





Coleccionar tortugas es mantener en forma al niño que llevamos dentro. Es recordar nuestra infancia, nada triste, nada serena, nada sola. Todos guardan en cada muñeco playmates un retazo de su memoria, por eso quizá tratamos de recuperar con ansias esos cuatro quelonios con nombres renacentistas, un Donatello undercover o ese Destructor que nunca se llamó destructor sino Oruku Saki o Shereder, pero que para nosotros puede llamarse como se le dé la gana porque como se llame lo querremos igual.

Recordar los personajes de las tortugas es adentrarse a ese mundo de colores, a la cultura pop, a ese Nueva York en apuros siempre y listo para ser rescatado por estos héroes verdes y bonitos. De las tortugas hay muchas cosas que median entre nosotros y la pantalla, objetos tan valiosos como hermosos que valen la pena tener por ese afán de coleccionista. Los cómics, en ese sentido, fuente original de donde provienen, fueron creados en 1984 por Kevin Eastman y Peter Laird en un blanco y negro acorde a esa aura oscura impresa en la historia original y que acaba de ser publicado por la editorial peruana Deuxstudio Editorial, pero no me detendré a hablar sobre ese comic porque quiero hacerlo en una siguiente reseña. Decía que sobre las tortugas existen piezas gráficas dignas de colección y ese es el caso de Usagi Yojimbo & las tortugas ninja.
Usagi Yojimbo fue creado por Stan Sakai y apareció por primera vez el mismo año que apareció TMNT núm. 1. Su creador dibujó a Usagi con las tortugas y le tomó por sorpresa que su personaje apareciera en un cómic sobre las mismas, tiempo después Sakai mencionaría que de haber sabido que su conejo iba a publicarse hubiera hecho algo mejor. La historia, aunque corta y sencilla gana mucho con la forma cómo se presenta. Se observa un Usagi cual samurái de Akira Kurosawa en la era Edo visitando a un Splinter con el nombre de Kakera sensei. De inmediato este le encarga una misión y designa a sus verdes acompañantes cogiendo unas tortugas que se encontraban chapoteando en el río. Este viaje a través del tiempo nos hace recordar a la Teenage Mutant Ninja Turtles III: Turtles in Time con la única diferencia que este viaje al pasado tiene más contenido que el de la película. En el cómic la mitología japonesa hace su aparición y nos relata una historia fascinante y bella.

Se cuenta que en Japón se ha asociado los terremotos a los siluros, una especie de pez de aguas dulces que puede notar un movimiento sísmico a largas distancias. Creían los antiguos según Sakai que los terremotos se debían a la creencia que debajo del país del sol naciente vivía un siluro gigante llamado Namazu. El dios del trueno de nombre Takemikazuchi o Kashima-no-kami capturó a ese pez bajo una piedra inmensa, la parte superior de esa piedra se cuenta reposa en el santuario de Kashima. Dicen que la piedra detiene la cabeza de Namazu y ello controla que la isla no desaparezca.

La historia se relaciona con el cómic porque es Splinter o Kakera sensie quien tiene una parte de dicha piedra con la que podrá evitar la destrucción de todo el país y el mundo. Enfrentamientos, buenos gráficos y una serie de dibujos entre Sakai e Eastman en la parte del libro hacen pensar que este cómic debería reposar en la estantería de todo buen tortuguero.

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